RECETA DE AMOR
Written by Karime Villaseñor on agosto 3, 2020
En muchas ocasiones nos hemos preguntado si hay una fórmula para encontrar el amor, hoy traemos para ti la receta más deseada por todos: Receta de amor.
RECETA DE AMOR
Cuando Lucy miró el calendario que colgaba sobre su viejo caldero, recordó, que tan solo le quedaba una semana para cumplir 38 años. Miró el reflejo de su rostro cansado en la ventana y se preguntó por qué ella, la más conocedora de pócimas y hechizos, jamás había encontrado el amor.
Todas sus compañeras brujas, disfrutaban de hogares repletos de criaturas y de la compañía de un amor, todas, menos ella.
Qué misterio, qué acertijo, qué secreto ancestral poseía el amor, para no haber hallado jamás su receta… El ronroneo incesante de su gato, que pasaba rozando sus piernas, la distrajo por un momento de sus pensamientos. Se agachó y lo tomó en brazos, mientras los grandes y amarillos ojos de Ovalon se clavaban en los suyos.
-Ya no voy a esperar más a nadie, me rindo, no voy a buscar más el amor- se dijo, mientras dejaba de nuevo en el suelo, a su hermoso gato negro.
Al día siguiente, la lechuza la despertó, como siempre, a las seis de la mañana y mientras se incorporaba en su cama, recordó, que ese día, debía ser distinto…
Ya no buscaría al pasear una mirada que se posara en ella, ni reiría sin ganas las gracias del apuesto Alquimista de la esquina, esperando así una cita, tampoco iría a beber brebajes en compañía del primer mago que se lo pidiera… A partir de ahora, disfrutaría de su propia compañía.
Sacudió entonces, el pequeño saquito que colgaba de su cinturón y el tintineo le hizo saber q aun le quedaban algunas monedas y pensó que estaría bien comprarse un bonito vestido, pero esta vez, fijándose en cómo le hacía sentir a ella, no como antes, que estaba más preocupada en averiguar si el vestido le hacía más esbelta o atractiva.
Ovalon la siguió camino abajo por el paseo de los abedules, hasta que se topó con los puntiagudos zapatos de su ama, que se habían detenido de forma brusca, ante un enorme cristal que mostraba un hermoso y largo vestido azul oscuro, con diminutas piedras blancas y brillantes.
-Wooow – exclamó la brujita que miro impresionada el vestido más bonito que había visto en su vida, pero no sabía si decidirse a entrar… ese vestido le parecía demasiado para ella… llevarlo sería como llevar un cielo lleno de estrellas.
Al verse de nuevo reflejada en el escaparate, pensó en la nueva vida que había decidido y se atrevió finalmente a entrar.
Al salir de la tienda con el vestido ya comprado, no pudo resistirse a dar unos saltitos de alegría en mitad de la calle y al observar que algunos transeúntes, la miraban extrañados, se le escapó una risa juguetona:
-Jajaja! Buenos días… – y siguió su camino …
Al llegar a casa sacó su vestido del elegante paquete en el que venía envuelto y lo extendió sobre la cama. A la luz de las velas era aun mas hermoso.
Ovalon subió encima de la cama, olfateó el vestido y se sentó junto a él, mientras contemplaba como su ama, bailaba y correteaba por la casa hasta arrodillarse junto a un enorme baúl de madera, que agarró sujetando una de sus asas y lo arrastró hasta llevarlo cerca del vestido.
-¡Mira Ovalon! -dijo al abrir el baúl dejando así a la vista, una colección de sombreros, digna de cualquier bruja que se precie. Ovalon al escuchar su nombre maulló, echándose en la cama y dejando al aire su preciosa barriguita esperando así, las caricias de su ama.
-Siempre que he ido a algún lugar nuevo, me he comprado un sombrero, por que me encantan, tengo devoción por ellos… ¿pero sabes por que están casi sin estrenar? por que soy muy alta y con ellos aun lo soy más, pero como ya no me tengo que preocupar tanto, de como me pueden ver los demás, pienso elegir uno que encaje con mi nuevo vestido y esta noche… ¡nos vamos al teatro! ¿Qué te parece Ovalon?- el gatito, ajeno a la proposición, estaba ahora, más entretenido, en atrapar un pequeño hilo que sobresalía de la almohada-.
Llegó la hora de ir al teatro, Lucy, vestida y arreglada, subió a su escoba y Ovalon se sentó a su lado.
Cuando la obra había dado comienzo en el maravilloso teatro al aire libre de Moonborn, allá arriba, en el cielo, se podía divisar a la hermosa brujita con su gatito negro al lado, ambos absortos por el movimiento de los actores.
En un descanso… Lucy miró al cielo… -Ovalon.. ¿no te parece que hoy las estrellas brillan más que nunca?- el gatito subió a las faldas de su ama…
-Tu si que eres un fiel amigo, siempre a mi lado, desde que te encontré en mi puerta hace ya dos años…- sus ojos se clavaron en los ojos de Ovalon que eran de un amarillo intenso y Lucy sonrió sintiendo, que verdaderamente ya era feliz, simplemente… no se había dado cuenta.
Los días pasaron y la brujita fue redescubriendo cosas que tenía olvidadas, disfrutando de momentos nuevos, convirtiéndose en su mejor amiga y amándose como jamás nadie la había amado.
Cuando llegó la noche última antes de su cumpleaños, se sentó en la alfombra a la luz de la chimenea, rodeada de brebajes, chocolates y viejas fotografías. Recuerdos, que en ocasiones le apenaban.
Tomando, comiendo y llorando fue tirando una a una cada fotografía y recuerdo a la chimenea, era necesario zanjar ya todo aquello que venía arrastrando y olvidarse para siempre, del peso que en ocasiones le impedía alzar el vuelo.
Cuando terminó, exhausta y algo mareada se durmió echada en la alfombra.
A la mañana siguiente, el día de su cumpleaños, los primeros rayitos de sol que se colaron por la ventana, besaron sus ojitos hinchados de tanto llorar, ella molesta por la luz comenzó a parpadear hasta que los abrió del todo, entonces le pareció ver, aunque un poco borroso, unos pies desnudos de espaldas a ella, junto a la puerta que estaba abierta, subió entonces la vista y a aquellos pies le seguían unas torneadas y firmes piernas, una espalda ancha y musculosa y un cabello largo y liso color negro azabache que caía sobre los hombros, del desconocido desnudo… ¡Que tenía en su puerta!
Ella se incorporó de un salto, quedando sentada en la alfombra con la cara llena de chocolate, los ojos hinchados y el pelo todo enmarañado, su respiración comenzó a agitarse y el hombre se giró, lentamente, hasta fijar sus grandes ojos amarillos en los de ella…
-O..O…Ovalon??
El hombre entonces, esbozó… una preciosa y dulce sonrisa…
Receta de Amor
Ingredientes:
·200 gr de autoestima.
·200 gr de soledad disfrutada.
·200 gr de hacer lo que a uno le venga en gana.
·80 gr de ser uno mismo siempre.
·5 gr de sorpresa.
Preparación:
Funde despacio tus penas en un cazo. Cuando tu estado de ánimo esté más uniforme añadiremos la autoestima y removemos bien hasta obtener una mezcla homogénea. Bate en una ensaladera los mimos y la soledad disfrutada e incorpórale un terrón de azúcar, añade lo que te apetezca en cada momento, se tu mismo y sigue batiendo fuertemente para evitar que se formen grumos.
Incorpora cuidadosamente la sorpresa a punto de nieve. Vierte la mezcla en un cazo de esperanza e introducelo en tu corazón precalentado a mediana potencia dejándolo cocer, cuando quieras darte cuenta, ya estará listo.
Para servirlo no olvides lo más importante: No busques, relájate y déjate sorprender, el amor podría aparecer hoy mismo en tu puerta.
Cuento autoría de: Lua Seomun
Fuente: http://luaseomun.blogspot.com/
Imágenes tomadas de la red