LOS MENSAJES DE LOS ÁNGELES

Los Ángeles son energía pura, no se ven, son como el amor, solo se sienten, los intuyes, es esa vocecita que escuchas que te dice siempre amorosamente algo, para poder sentirlos, o saber cuáles son sus señales, debemos de estar atentos a nuestro presente, observándonos (pensamientos, lo que sucede a nuestro alrededor, lo que realmente deseamos desde el fondo de nuestro corazón)

Hace 8 años aproximadamente una noche no tenía sueño e intentaba dormir, estaba boca abajo y al lado estaba el papa de mis hijas viendo la tele y para el insomnio solía repetir la oración el Ángel de la guarda muchas veces, en lugar de contar borregos, recuerdo que de repente empecé a ver una luz blanca muy intensa, luego empecé a ver sus pies ,sus piernas fuertes y musculosas con un tapa rabo, grandote y hermoso ,lo que más  me llamo la atención fue su mirada y su sonrisa que me decía que todo iba a estar bien, a partir de ese día jamás se me olvido lo que sentí, lo que me estaba diciendo y que a los pocos  meses  empecé a entender, lo que me dijo fue: “Pase lo que pase todo va a estar bien” y es algo que no debería olvidar y sinceramente con frecuencia olvidaba.

Desde mi experiencia, empecé a meditar, pero también empecé a cambiar mi alimentación poco a poco siendo más consciente de lo que le doy a mi cuerpo, ya que cuando hay un alto consumo de azucares y carbohidratos se bloquea la comunicación con tus ángeles y por lógica contigo mismo teniendo menos claridad,  sólo son mensajes que hemos recibido de nuestros Ángeles, si se conjunta con ejercicio físico, un mínimo de 20 minutos (sencillamente, caminar) esto va atraer más fácilmente una conexión con tus Ángeles y/o (Guías, Maestros ,Seres de luz, etc). Es como un automóvil, que tienes que ponerle gasolina más pura, y le pones su aceite (tu alimento), le haces su servicio para que se mueva y funcione llevándote por caminos y lugares que quieres (tu ejercicio) y así cuando el conductor (tu alma, tu corazón) se sube a manejar el coche (tu cuerpo), se siente tranquilo al conducir (tu alma, corazón) y sabe qué camino tomar.

Fotografía: Miguel Ángel Elizondo Márquez