LA HISTORIA DE CAIFANES ES UN CHISME DE LAVADERO. PARTE 1

Written by on abril 29, 2022

“Y uno cree que puede creer / y tener todo el poder/ y de repente / no tienes nada.”

 

“Las Insólitas Imágenes de Aurora”

-Caifanes. Afuera.

Antes de Caifanes, existieron Las Insólitas Imágenes de Aurora. Banda conformada por Saúl Hernández, cómo voz y bajo, Alejandro Marcovich en la guitarra y Alfonso André tras la batería. Nacidos de la necesidad de dinero de Carlos Marcovich, hermano de Alejandro, quién estudiaba cine y se halló sin rollos de película para completar alguna tarea.

“Ale” -le dijo Carlos- “Invéntate un grupo de rock para que toqué en una fiesta y no me cobre.” Siendo su amigo, Carlos le paso a Alejandro el contacto de Alfonso André, y, del ahora ganador del Oscar -y en aquel entonces compañero de salón de Carlos- , Emmanuel Lubeski, bajista en esos tiempos de una banda de rock llamada Las Aves de Rapiña, sacaron el número de Saul Hernández.

Saúl se negó en un inicio. Frac era su grupo -a él se sentía deber y en sus filas, por si fuera poco, transitaban glorias prontas al éxito. “Es una fiesta nada más”, le respondía Alejandro, “ensayamos, tocamos y cada quien a su casa.” Pasó el tiempo, la fiesta se permitía ver a la distancia de los días y, entonces; Saúl aceptó. Ensayaron -tan solo- un fin de semana.

En esos primeros temas que tocaron en conjunto, orbitaban covers en tono de broma de Sugar Sugar de los Archies en punk, y temas de Alejandro y Saúl que no habían usado con sus respectivas bandas, al comprender los ánimos que tendría esa velada, y la posibilidad de que la mayoría de la gente ya estaría borracha, se encargaron de divertirse.

Aquella noche que tocaron maquillados y alguno con un sombrero extraño, aparte de haber gustado sin siquiera presentarse -por ni siquiera poseer un nombre, la actitud y brillo de los tres componentes logró más que cualquier expectativa -o carencia de la misma- que se pudo haber tenido. Siendo en esa reunión inocente donde se desarrolló una crisálida central del rock nacional.

Cómo el que se permite coqueteo teniendo pareja, Saúl dejo Frac para consolidar Las Insólitas Imágenes de Aurora, llamada así por un cuento que escribió en su infancia; el cual narraba la historia de un niño que caminaba por la calle hasta que, de súbito, se encontraba transportado en un mundo de fantasía. “Lo que pasa es que somos una imagen insólita de Aurora”, le decía un fauno con el cual el niño se topaba. Aurora, por cierto, siendo el nombre de la mama de Saúl, la cual falleció siendo él aún muy joven. Partiendo de ese título tan personal y sostenido del alma, aquella agrupación existió con mucha pasión y se desarrolló entre los más populares de las movidas subterráneas.

Los bien llamados: “Hoyos Fonki”. Los Agujeros Funki eran fruto de la represión al rock en la dictadura del PRI, gente reunida en almacenes lejanos, vil terracería y estacionamientos; lugares concurridos por marginados, chavitos clasemedieros, jóvenes en busca de planes, la raza-raza, la mera bandototota. Este grupo; en donde la mama del baterista trabajaba para la televisora Televisa (y Televisa siendo igual a PRI), en donde el guitarrista era un ingeniero eléctrico argentino con cara de pocos amigos y en donde el vocalista era un flaco de labios pintados y greñas paradas, no tardaría en ser puesto en duda por el público.

“Rockotitlan”

Existe cierta anécdota de una tocada en un agujero funki de audiencia exigente. Un sitio en el estado de México en donde, aquella tarde, parecía florecer la escena más pesada del punk urbano. Golpes, patadas, caguama, mucha mota. La pulpa del valemadrismo ahí enfocada. Les lanzaban piedras a las bandas que no la armaban, e, incluso, al de cresta parada que iba antes de las Insólitas aquella vez, una silla le fue a caer.

Las personas, al ver subir a estos chavos altos y maquillados, se mofaron. Algún grito de carácter homófobo se dejó escuchar en el fondo. Mentadas de madres a silbidos. Bromas. Saúl volteo a ver a Alfonso y en seguida a Alejandro, se aseguró de que todo estuviera en fracciones de segundo, y, cómo un golpe al cielo, puso su puño en el aire al mismo tiempo que explotaba la batería en un estruendo. De ahí en adelante el público se quedó callado. Tan fácil y complicado cómo el talento hablando por sí mismo.

(Lavadero)

Acá comienza el chisme; resulta que -se dice por ahí- las Insólitas tronaron porque Saúl quiso que Alejandro se pasara al bajo y el fuese guitarrista. Las Insólitas ya habían existido un buen cacho de tiempo, en sus tocadas comenzaban a haber tecladistas y percusionistas. Al ser guapos y con mucha presencia la mama de Alfonso los puso a trabajar haciendo Playback en televisión, incluso por ahí hay algún video con ellos detrás de Laureano Brizuela o siendo enfocados por las cámaras mientras Miguel Bose, vestido de blanco, corea “Aire soy del aire”. Dos videos con canciones de ellos se transmitían por las señales de Canal 11. “Rosa murió de rojo y la enterraron de negro.” Las Insólitas despegaban, a Marcovich le caía una oferta de trabajo de Brizuela y, para colmo, a Saúl se le ocurría sugerir ser el guitarrista.

Saúl comenta que iba camino a casa tras un ensayo de Las Insólitas, desencantado y triste, cuando a su mente vino el nombre para un nuevo grupo.

EL GENESIS DE CAIFANES

En paralelo a los sucesos de las Insólitas, en algún lugar de la Ciudad de México, Diego Herrera se ganaba cierto nombre musicalizando películas de bajo presupuesto. Formando parte de una banda con Gerardo Bátiz llamada Isla, conoció a un vato de pelos parados a quién le rentaban unos amplificadores. Dicho vato resultó ser novio de la mejor amiga de la novia de Diego, Saúl Hernández. Inconforme con su banda de aquel entonces -las moribundas Insólitas, le comento en un bar tener algunas canciones, Diego le dijo que el también, qué deberían de juntar sus canicas y a ver que sale.

Diego se llevó un sintetizador a un cuarto de azotea que Saúl tenía en La Colonia del Valle, en donde contaban con una grabadora de ocho canales y nada más. Tras conseguir tiempo en un estudio para grabar maquetas de una de la mañana o ocho de la mañana contactó -Diego- con Juan Carlos Novelo, quién sería el primer baterista de Caifanes y Sabo Romo, otra figura conocida entre los músicos del país cómo bajista de estudio, con quién trabajaba junto a Briseño y, de hecho, ya en algún momento había sido jurado en una batalla de bandas donde Frac había tocado, pero no ganó.

Hicieron las maquetas, algo desistió en ellos, Sabo se fue por un lado sintiéndose utilizado y entre Diego Herrera y Saúl Hernández existió un plan fumadísimo de irse a trabajar de marineros para cruzarse a vivir a España. En el inter, las radios comenzaron a tener espacios donde tocaban los demos de las bandas emergentes, y en ese nicho alguna popularidad fue ganando el demo de Mátenme porque me muero. Cinco meses después de la grabación de los demos, tras una tocada en Rockotitlan, bar mítico en la historia del rock en México, mientras cobraba le dijo quién le dispensaba la lana a Sabo:

-Tu tienes una banda con el bajista de las Insólitas, ¿no?

Sabo, sin tener en realidad una respuesta verdadera para sus adentros -por lo difuso que había sido el trato entre ellos tras la grabación, respondió muy seguro:

-Si.
-Pues dame una fecha, ¿no?

“Me fui caminando a casa de Saúl”, contó Sabo tiempos después en una entrevista, con el pelo cano y con lentes, “Le toqué. Ya bajó Saúl de su mazmorra. Quiobole / Qué onda, ¿qué paso? / Cómo haz estado y la chingada. ¿No?”

-No, pss, nada, ya conseguí una tocada. -le dijo Sabo.
-¿De qué?
-Pues de lo que grabamos, we.
-¿Qué?
-Pues sí, hay algo, wey. Conseguí una tocada. Vamos a abrirle a Neón.

Reinventaron una banda que, en ese preciso momento, se había esfumado. De improvisaciones se fueron haciendo de canciones para completar el tiempo de la actuación, y entre ellas apareció La Negra Tomasa, siendo la primera canción que toco Caifanes ante un público ese 11 de abril de 1987.

Recuerdan Saúl y Diego un momento cálido que se quedara por siempre en sus memorias, cuando andando por la ciudad en un Volkswagen escarabajo, un vil bocho, donde se encargaban de trepar componentes de batería, instrumentos y amplificadores, comenzó a sonar por la radio Mátenme porque me muero. Gritaron, saltaron, se volvieron locos. Aun con eso no dejaba de ser sorprendente, en palabras de Saúl, cómo en los conciertos las personas, aun antes de el acercarse al micrófono, coreaban las canciones -una tras otra. Sin discos aún.

ROCK EN TU IDIOMA

Oscar López es la figura central de ese movimiento discográfico tan ambicioso cómo exitoso (para ellos) que fue Rock en tu Idioma. Un sello donde se entregaba a la chaviza lo que deseaba. Y lo que el público exigía era Caifanes. Alfonso André se integraba a la formación -asombrado ante los niveles que estaban alcanzando. A regañadientes de Sabo, a quién emborracharon para permitirle entrar, y de Saúl, quien se quería alejar de su anterior proyecto y porque, en palabras de Sabo, en su época con las Insólitas habían terminado agarrados del chongo. Por trabajo encima y un álbum que se avecinaba en las ambiciones corporativas, no tardaron en limar asperezas.

El primer volumen, aquel disco de portada negra con los cuatro en vestimenta y actitud de luto, se logró cómo aquella primera tocada: Llenando espacios por el tiempo requerido. Así nació Viento.

“Caifanes”

Al puesto más cercano de tacos fueron el cuarteto Caifanes a descansar de las sesiones del disco. Saúl, Sabo y Alfonso con su cabello tipo The Cure, negro, espeso y en picos, maquillados con sombras negras en los parpados y labial rojo. Comían, y en el fondo del local, veían a un señor muy viejo con su esposa -igual de vieja- observándolos muy fijo y comentándose entre ellos. Habituados a los insultos homófobos y de todo tipo por su apariencia, cuando este hombre viejo se acerco a ellos, tras pagar la cuenta, y les entrego una servilleta con algo escrito, no esperaban algo diferente a un comentario denostándolos; sin embargo, al desplegar el papel se hallaron con la frase: “Préstame tu peina y péiname el alma.”

Apenas entraron de nuevo al estudio, Saul se colgó la guitarra e inventó la introducción que hoy es una invitación a mover los pies y sacudir el cuello. “Viento, amárranos.”

De una llamada de “El Cachorro” López, bajista de Miguel Mateos, se consiguió que Gustavo Cerati, de gira por la promoción del disco Doble Vida de Soda Stereo, tocase en el tema de La Bestia Humana.

La salida de La Negra Tomasa cómo sencillo fue una explosión. Se les requería en todos lados, luchaban para hacer que la disquera no agregara a La Negra Tomasa en futuras ediciones de aquel primer disco, los contrataban cumbiancheros que tras oír la canción que querían se horrorizaban y no tardaban en correrlos al oír el resto de su repertorio oscuro y más clavado, y Verónica Castro los recibía en su programa nocturno. También (lavadero) algunas lenguas sostienen que con todo el dinero dado por ese primer disco Saúl se compró un coche.

¿Y POR QUÉ NO TÚ?

Alejandro Marcovich

Por supuestas casualidades, cómo quién no quiere la cosa, los caminos de Alejandro Marcovich y Saúl Hernández se volvieron a cruzar.

Por un lado, el trabajo de Saúl despunto, y por el otro, Alejandro llevaba mucho tiempo formándose entre profesionales siendo guitarrista de Brizuela. Aquella vez Alejandro había sido espectador de un show de Caifanes en un bar. Terminado el espectáculo se acercó Saul a su mesa y conversaron mientras cada uno se echaba un trago. Entre temas apareció un problema que reconoció Saúl tener, entre cantar y tocar la guitarra se le perdían notas, se descuadraba. A lo que Alejandro, en una obviedad le sugirió conseguirse a un guitarrista de  apoyo, a lo que Saúl respondió:

-¿Y por qué no tú?

Caifanes era un germen explosivo de personas en constante roce. Personas sumamente talentosas con un ansia que les excedía de hacer ver su poder, o, en una conversación más profunda aun, de hacer notar sus talentos -y los egos que los mismos acarreaban. Si hasta ese instante Caifanes era dinamita, la presencia de Alejandro caía cómo un cerillo ardiendo.

EL DIABLITO

Sí la portada del primer disco era negra, la del segundo sería blanca. Decorando a la banda flores rojas, el diablo de la baraja de la lotería, un corazón de latón y más flores rojas enormes que emulen al fuego donde habita ese diablito y refugia a la agrupación condenada. Cómo un augurio lo primero que escuchamos es la guitarra de Saúl y, en seguida, la de Marcovich.

“Caifanes Vol. II El Diablito 1990”

Su integración ya era un punto de debate desde un inicio, aparentemente con nadie se llevaba e incluso, antes de la actual, en Nueva York se había tomado una sesión de fotos para la portada sin la presencia de Alejandro. Un año después (en 1991) aparecería otra figura determinante en la historia de la banda: Marusa Reyes. Una mujer sin un pelo de tonta que al inicio se presentaría cómo manager para el grupo, aunque con el tiempo se iría formalizando como manager de Saúl Hernández.

La monstruosidad del quinteto en vivo nada envidiaba a ninguna banda -de la historia de la música- qué se le pusiera en frente. Sabo Romo, Alfonso André, Diego Herrera, Saul Hernández y Alejandro Marcovich, todos melómanos y músicos con interés en la identidad auditiva latina, prehispánicos, pero también en la potencia eléctrica, y desarrollados todos en entornos donde se permitían ver explosiones de brillantez.

Estaban interesados por fusionar, serse fieles y maravillar a un mundo que, en ese instante, los volteaba a ver. Nadie cómo Caifanes tenía las giras agotadas, las caratulas de las revistas, los espacios -algunos más bochornosos que otros- en la televisión y, sin embargo, no eran capaces de llevarse bien entre ellos. Un Sabo Romo joven, más joven de lo que es hoy, dice en una entrevista, rodeado por el resto de ese grupo de ensueño, un dream team de toda la vida: “Ensayamos poco, porque trabajamos mucho.” Y no me es difícil imaginar por qué; sí hablando se destrozaban, el único lugar donde terminaban por entenderse unos a los otros era encima del escenario.

Continuará…

Fuentes:

 

https://www.rock111.com/biografias/216/Caifanes

Luis Rockdriguez
S U B V E R S I V O
https://www.facebook.com/102000672334075/posts/146433064557502/


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